Calidad del glómero
Cuando se desarrolla el proceso de trituración, especialmente en minerales blandos o provenientes de menas argílicas, se genera una gran cantidad de material fino con un P80 inferior a 100#. A esta granulometría, el metal se encuentra muy liberado por lo cual no se puede descartar.
En general, la cantidad de finos producidos representan entre un 10 al 18% de la totalidad del material que ingresa al proceso de conminución, tal cantidad de finos podrían posicionarse en los intersticios del lecho poroso aumentando así su densidad aparente y generando bloqueos a la solución lixiviante, lo cual se traduce en un aumento de nivel freático y la pérdida de material valioso.
El proceso de aglomerado y curado ácido busca generar la adhesión, resistente en el tiempo, de las partículas finas al material grueso, mediante la formación de sulfatos de cobre y hierro y su afloramiento por capilaridad inversa.
Este ataque químico permite la aparición de microfisuras mediante la acción de las sales depositadas en los poros de las rocas, las que al mezclarse con la solución humectante aumentan de volumen, ejerciendo así una presión hacia el exterior de la partícula hasta fragmentarla. Luego la superficie de contacto aumenta y junto con esto la cinética de recuperación del ion cúprico.
Una deficiencia en el proceso de aglomerado y curado podría generar un glómero de baja estabilidad geomecánica, discontinuidad operacional del sistema de transporte del material aglomerado a pilas producto de atollos, menor rendimiento de producción, una baja en la eficiencia de extracción de cobre a causa canalizaciones preferenciales y compactación del lecho por segregación de tamaños.
Para garantizar la calidad del glómero es necesario monitorear y controlar ciertas variables, tales como:
Distribución granulométrica y características mineralógicas del material. Variables asociadas directamente al consumo de solución lixiviante, ya que a mayor presencia de material fino será preponderante aumentar la tasa de humectación.
Dosificación del ácido necesario para conseguir la sulfatación, la concentración de ácido es además quien otorga la capacidad de carga a la solución lixiviante, responsable de generar calor por medio de reacciones exotérmicas inherentes al proceso y de acidular el medio.
Densidad aparente la cual debiese permanecer siempre bajo la banda de control a fin permita optimizar la permeabilidad de la pila, específicamente esta variable debiese mantenerse entre 1,3 a 1,4 g/ml.
Porcentaje de humedad, que por lo general debiese rondar en el orden del 8%, ya que a un nivel de humectación superior podrían desprenderse las partículas aglomeradas posibilitando la producción de una suspensión sólido líquido. Por el contrario, un déficit en la humedad imposibilita la formación de una película líquida entre las partículas y conduce a una segregación de material fino.
Tiempo de reposo de alrededor de dos semanas, para asegurar la reacción del ácido presente para luego dar inicio al proceso de lixiviación.
Si bien el desarrollo tecnológico existente hoy en día posibilita el monitoreo en línea de las variables con mayor preponderancia operacional, el factor humano en este sentido desempeña un rol fundamental en la operación. La correcta capacitación del personal y la implementación de buenas prácticas conducen a una mejora en la toma de decisiones y a una clara definición de la calidad óptima desde el punto de vista técnico-económica del producto final.