Uno de los factores fundamentales en el proceso de lixiviación, es la reducción de tamaño del material extraído de la mina.
Para esto, se debe fragmentar dicho material mediante chancadores primarios, secundarios y/o terciarios, según el tamaño que se requiera alcanzar.
En general, en el caso del cobre, el objetivo de la etapa de chancado es obtener un material mineralizado de un tamaño máximo de 1,50 a 0,75 pulgadas. Este tamaño será suficiente para dejar expuestos los minerales oxidados y/o sulfuros secundarios a la infiltración de solución ácida.
Debemos considerar que cuanto mayor sea el tamaño de las partículas a lixiviar, menor será el costo de chancado, y cuanto más pequeña sea esta partícula, menor será el tiempo necesario para la extracción de cobre.
El tamaño final debe ser seleccionado buscando un mínimo de material fino y la mayor uniformidad posible, de forma de lograr una lixiviación que permita la mayor recuperación posible dentro de los límites de tiempo aceptados.